Existe un gravamen que se presenta en productos y servicios enfocados para la mujer, mismo el cual tiene que ver única y exclusivamente con la presentación, publicidad y diseño que se le da a dichos productos, no obstante que se trate del mismo utilizado por los hombres, pero con una presentación distinta y sin embargo dicha situación origina un precio más elevado a los productos de mujer, situación a la cual se le conoce como el impuesto rosa o pink tax.
De conformidad con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF), dicho gravamen o impuesto rosa, consiste en un aumento en el precio de productos dirigidos al sector femenino a diferencia del enfocado a artículos dirigidos al sector masculino, toda vez que en algunos casos se invierte más en la publicidad y diseño de los productos femeninos, lo cual requiere que los productores y fabricantes eleven el costo de los mismos y ello impacta directamente más en la economía de las mujeres, quienes según las encuestas, perciben un salario en ocasiones por debajo del que perciben los hombres.
Derivado de lo anterior le recomendaría a las mujeres adquirir un producto de versión genérica o masculina, ya que estará adquiriendo el mismo producto en venta para la mujer, sólo que con una presentación distinta y a un menor costo.